Actualidad Retail

Consigue un concepto retail de éxito

2015

Retail_RetailIntelligence

Hablemos claro. Un concepto retail de éxito se mide más allá de su originalidad y creatividad, en este artículo vamos a detallar algunos factores, o pasos, que una tienda debe seguir para subirse a ese pico donde se halla el laurel.

La fase previa se basa en muchos documentos analíticos y de planificación, lo que conocemos como el plano que detalle el modelo de negocio.

Acaba de tener una gran idea. Ahora toca el turno de cuestionarse si esa buena idea está bien resuelta, para eso lo mejor es que te hagas a ti mismo algunas preguntas, trates de contestarlas y descubras un problema o una necesidad existente. Tu objetivo es encontrar consenso entre tu idea y la resolución del problema. Así sabrás que tu idea ya de por sí va a cumplir en solucionar una necesidad que existe entre tu público potencial.

Así, pedirle la opinión a un experto siempre está bien para tener otro punto de vista, a veces una segunda persona piensa en cosas en las que tú, por falta de experiencia, no has podido prever. Por eso es necesario concentrarse en las personas que pueden aportar conocimientos y valor a su proyecto.

La factibilidad

Tener una gran idea y una estrategia coherente sobre la manera de llevar la idea a la vida, no garantiza un concepto rentable y sostenible. Necesita dedicarle tiempo a analizar todos los costes de los conceptos y respecto a diferentes escenarios de ingresos (éxito, medio y fracaso) para conocer sus límites. Después de encontrar las respuestas, podrás mantener tu inversión en la pista mientras tu cabeza descansa en el suelo. Cuidado, que las personas con grandes ideas a menudo tienden a invertir más de lo necesario y pasar por alto las categorías de costes enteros.

Plan de negocio

El plan de negocio va a plasmar todo lo anterior, es un ejercicio perfecto para asegurarse de que no se está olvidando nada. Le ayudará a construir una historia atractiva que tendrá que compartir con el resto de su equipo.

Después de esta fase, la más sesuda del proyecto, empieza una etapa más creativa, la del diseño. El diseño ha de estar siempre dentro de las limitaciones de su estrategia. Un buen diseño tiene infinitas soluciones pero ha de asegurarse que este siempre en coherencia con la comunicación de la estrategia, teniendo en cuenta su ventaja competitiva, su posicionamiento dentro de su respectivo mercado y poniendo en alza los valores de su marca y de su equipo. La arquitectura, el branding, el marketing sensorial, la funcionalidad, el marketing de experiencia, etc. trabajan en consenso para producir un valor maravilloso y propio de la marca.

No te dejes llevar por los diseños impresionantes, luego tendrás un problema de imagen y de comunicación de la marca. Asegúrate de ir revisando de forma regular el presupuesto, a veces en cuestiones de imagen, los conceptos suelen dispararse sin darse cuenta (puede depender del color de la pintura o de una forma de impresión diferente, entre muchas otras cosas que no solemos pensar).

El dinamismo es esencial, cualquier concepto dinámico puede adaptarse a los cambios en cambio un concepto estático no puede sobrevivir al paso del tiempo. Para tener éxito se necesita un concepto que pueda cambiar y transformarse.

Después de estas fases, ya empiezas a estar listo para salir a la calle. Tienes un coche con el depósito lleno y los faros encendidos. Pero no es hora de relajarse, ahora cuando empiece a rodar tendrá que medir para analizar su eficacia e ir buscando el mejor camino para subirse a ese pico donde se halla el laurel.

Piensa en grande pero actúa local.