Actualidad Retail
Los límites de las flagship stores
2015
Cada día nos despertamos con una noticia sobre una marca y su nueva apertura de su flagship store es una de las calles comerciales europeas o en un nuevo destino retail por descubrir.
Pero a pesar de que se pongan de moda y parezca la nueva estrategia / tendencia del retail, no todas las marcas por muchos recursos que tengan tendrían que abrir estos buques amirales del retail. Antes de todo, solo las marcas con una buena identidad son merecedoras de subir las persianas de un flagship store. La identidad de marca se construye con el tiempo y con la experiencia de la marca, la cultura y el espíritu no se gestan en un despacho entre el equipo que dirigirá la marca sino el intercambio de esta con sus consumidores y con su entorno. Más adelante, estos valores establecidos (ahora también hace falta establecerlos en el entorno virtual), las marcas abren sus flagships o dicho de otra manera, macro tiendas que representan el imaginario y los valores concretos de la marca a través de su arquitectura, de la animación comercial (música, luces, recepción, etc.) y la exposición y oferta de sus productos.
Por otro lado, muchas marcas ya veteranas en el mercado aún no han optado por este tipo de formatos, a veces no es necesario, sobreviven igual o mejor.
La puesta en marcha de un flagship store la acompaña un arsenal de herramientas de marketing que responden a una misma idea y consecuente estrategia. Sin ellas, los efectos del flagship no suelen ser los esperados al final del ejercicio anual.
Está el diseño y la arquitectura del punto de venta. Ambos sirven para la optimización del espacio y para la divulgación del espíritu de la marca, son acciones de una campaña de imagen convencional. El diseño y la arquitectura del espacio crean lazos próximos entre la marca y sus consumidores, sin ser intrusivo como lo es el caso de la publicidad y de sus mensajes mutiladores. El diseño y la arquitectura dan vida y forma a la marca y a sus valores.
También el marketing sensorial que despierta los sentidos del consumidor para seducirla y influenciar en su bienestar dentro del universo de la marca. Jugar con los sentidos del consumidor ofrece una variedad infinita de ideas originales y atractivas (hasta memorables) para el consumidor.
Del marketing también dependerá el valor añadido de un flagship, al ser un formato cada vez más popular entre las marcas, estos han de ser cada vez más originales: involucrar el mundo virtual de la marca en su espacio físico.
El surtido de la tienda se organizará dependiendo del comportamiento de los clientes. Por esto, los flagship tendrán que realizar conteos de tráfico peatonal y conteos de un mismo consumidor para establecer la evolución de su ratio de fidelización y a partir de ello poner en práctica las estrategias de organización de sus productos.
Por último, los consumidores esperan mucho proactividad por parte de estos macro formatos retail, asimismo los flagships tendrán que renovarse constantemente. Para ello buscan temporadas clave como la de rebajas, navidad, etc. para cambiarse de cara y ofrecer nuevas experiencias al consumidor. Al final, el retail contemporáneo va de eso: marketing de experiencia.