Consumidores

Slow Fashion: una tendencia sin generación de residuos

2017

Actualmente, vivimos en una sociedad de consumo en la que prevalece comprar al menor precio posible y "estar a la moda". Sin embargo, no se tiene en cuenta los efectos que puede causar a nivel ético o medioambiental. Es por ello que ha surgido una tendencia, una filosofía llamada "Slow Fashion", también conocida como moda sostenible, antítesis de la moda industrializada o "Fast Fashion" en el retail.

El término "Slow Fashion" fue acuñado en el 2007 por Kate Fletcher profesora de Sostenibilidad, Diseño y Moda en el Centre for Sustainable Fashion en Londres. A raíz de la tragedia sucedida en la fábrica de Bangladesh en 2013, donde más de 1100 personas fallecieron al derrumbarse el edificio donde estaban produciendo prendas de forma industrial, se empezó a tomar conciencia de la situación de sobreproducción y la moda sostenible obtuvo un importante ascenso. El problema fue que no cumplía con las medidas básicas de seguridad.

El Slow Fashion tiene una filosofía muy clara en la que prevalece el uso de materiales ecológicos e intentar generar la menor cantidad de residuos también conocido como el zero waste ya que, en una prenda se desperdicia un promedio de veinte a treinta por ciento del tejido. Por lo tanto, se opone completamente a la industrialización y apoya a los comercios locales y artesanales. Las marcas Slow Fashion velan por los derechos de los trabajadores del proceso de producción y compran materiales que se hayan fabricado de manera ética. En general, evita el consumo compulsivo e intenta concienciar por la ropa de segunda mano. El movimiento mentaliza y educa a los ciudadanos sobre el impacto de las prendas de vestir en el medio ambiente, el agotamiento de recursos y el impacto de la industria textil en la sociedad.

Para conseguir un diseño sostenible es muy importante los materiales escogidos ya sean tintes, textiles o aplicaciones de las prendas. Existen además materiales innovadores hechos a partir de recursos renovables o materiales reciclables como podría ser el orange fiber o el tejido elaborado a partir de botellas de plástico. Para saber si realmente son materiales sostenibles existen sellos que certifican la calidad y autenticidad de los mismos manteniendo los principios de responsabilidad social y medioambiental.

Es una alternativa a la crisis actual de la industria de la moda. En cuestión de un siglo se pasó de Vogue y París a más de 6 temporadas diferentes al año con tendencias que cambian constantemente. Todo ello conlleva generar toneladas de ropa al año para poder estar a la moda. Muchas empresas del retail dieron paso a una producción acelerada cada vez a un menor precio. Sin embargo hoy en día los consumidores empiezan a concienciarse y a apreciar un poco más la calidad de las prendas para un mayor uso.

Las marcas Slow Fashion intentan satisfacer a una parte de la sociedad que se muestra en desacuerdo con la sobreproducción y busca diferenciarse de la mayoría de clientes. Se preocupa por el origen de las prendas y también por la calidad de ellas. Al final, los retailers tienen que buscar cubrir las necesidades de los consumidores e irse adaptando.